Como uno de los componentes más vitales de un coche, las llantas requieren una cuidadosa atención tanto a las razones que podrían causarles problemas como a las mejores formas de cuidarlos y prolongar su vida útil.
Aunque los neumáticos no tienen realmente fecha de caducidad, sus cualidades podrían disminuir con el tiempo. Para descartar cualquier deficiencia en su uso, se aconseja someterlos a revisiones periódicas.
La fecha de producción del neumático, que se muestra mediante un código de 4 dígitos en el flanco, no está relacionada con la fecha de caducidad del neumático. La vida útil del neumático no comienza hasta que se monta en el vehículo, siempre que esté en excelente estado.
El desgaste de los neumáticos de los automóviles varía con el uso y el estilo de conducción. Un neumático no se deteriora si no se conduce; sin embargo, si ha estado parado durante un largo periodo de tiempo, es importante asegurarse de que el neumático está en buen estado y correctamente inflado.
Los neumáticos pueden deteriorarse a medida que pierden sus cualidades, incluso si el automóvil no se ha movido en un tiempo.
¿Cómo se deben mantener los neumáticos?
Es fundamental comprobar periódicamente que las paredes del neumático no presentan grietas. Del mismo modo, es importante asegurarse de que el neumático está libre de burbujas o protuberancias, que pueden ser provocadas por carreteras en mal estado, baches en las aceras y baches profundos.
Es esencial conducir con cuidado para preservar los neumáticos del vehículo, ya que las paradas y aceleraciones bruscas pueden reducir la vida útil del neumático en un 80%.
Verifique la presión de los neumáticos; éstos pueden perder hasta un 20% de su vida útil si están un 20% desinflados. Intente comprobar periódicamente la presión en una vulcanizadora o con un manómetro propio.
Otra cosa en la que hay que pensar es en cambiar los neumáticos por temporadas. Esto significa que debe elegir neumáticos de invierno o de verano en función de las condiciones meteorológicas. Estos neumáticos afectan directamente a la distancia de frenado, la tracción y la estabilidad, factores todos ellos que contribuyen a una conducción segura.